¿Cuáles gastos son deducibles del impuesto sobre la renta?
No incluya en su contabilidad gastos que no son deducibles y evítese sanciones
Los gastos deducibles son aquellos que están asociados a la generación de ingresos actuales o futuros de una empresa. El tributo sobre la renta se aplica sobre la diferencia entre los ingresos y los gastos. Uno de los gastos importantes para las organizaciones es el desgaste o depreciación que sufren sus propiedades o activos.
Quizás uno de los errores e infracciones más comunes que se cometen al realizar la declaración de renta, y determinar el impuesto que se tiene que pagar, es que se deducen gastos que del todo no deberían incluirse. Esta acción –sea que se cometa por ignorancia o que se realice adrede- puede traerle problemas en el futuro, ya que si la administración tributaria se percata, podría ser sometido a un procedimiento de fiscalización y probablemente tendrá que desembolsar más dinero, además de pagar multas e intereses.
Ejemplos
Si usted tiene una empresa de turismo que posee lanchas y botes para alquilar, se podrían deducir la depreciación, los costos de mantenimiento, el combustible, el salario que le paga a quienes manejan, y los gastos de marchamo, entre otros.
Pero, si usted se dedica a otorgar servicios profesionales (abogado, psicólogo, médico, dentista, terapeuta físico, entre otros) y tiene un yate que solo emplea cuando va de vacaciones, no puede deducir la depreciación, los gastos de mantenimiento y otros, debido a que no están asociados a la generación de ingresos actuales o potenciales de su negocio. Nada tiene que ver el yate con su empresa.
El artículo 8, de la citada legislación, enumera cuáles gastos son deducibles. Algunos gastos de los que se mencionan son el costo de los bienes y servicios vendidos, tales como la compra de bienes y servicios objeto de la actividad de la empresa; las materias primas; los sueldos; los sobresueldos; los salarios; la depreciación; las cuotas patronales; los viáticos; alquileres,
La depreciación si bien es cierto es un gasto deducible, no hay que abusar en el gasto estimado para dicha partida, se deben de realizar los cálculos pertinentes y cédulas necesarias para determinar el gasto real, según el desgaste permitido por linea de activo con la que se cuente en la contabilidad. No hay que olvidar que la DGT admite y permite los gastos de depreciación siempre y cuando se encuentren alineados con los valores que la Ley del Impuesto sobre la Renta permiten, en sus anexos "tablas de depreciación".
El gasto de depreciación es de cuidado y por ende se debe de llevar las cuentas claras de cuanto se esta deduciendo, considerando un auxiliar de activos y de cédulas de saldos tanto de los activos funcionales así como sus valores de desecho y vida útil restante.
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